Envases y reciclado: cómo están compuestos y cuánto descartamos
Por Agustina Prieto
En plena discusión por la Ley de Envases, nos preguntamos cuáles son los materiales más comunes en los productos de la Canasta Básica Alimentaria y qué se necesita para que efectivamente sean reciclados. Contar con esta información contribuirá a mejorar la gestión post consumo y tender progresivamente hacia una economía circular.
¿Sabes cuántos residuos producimos a diario? En CABA, cada persona genera aproximadamente 1,4 kg de basura por día. Aunque no parezca tanto, si lo multiplicamos por la cantidad de habitantes y le sumamos las personas que entran a la ciudad para trabajar, es muchísimo. Pero no todas son pálidas: una gran proporción es recuperable.
Recuperar materiales reciclables contribuye a disminuir la cantidad de residuos que se transportan y disponen en rellenos sanitarios. Además, permite obtener un rédito económico por la comercialización de los mismos y dar trabajo digno a muchas personas.
Sin embargo, existe una gran cantidad de material reciclable en contenedores negros de residuos húmedos, lo cual indica que algo está fallando en la cadena del proceso del reciclado de los materiales. Esta cadena implica la correcta separación de los residuos y la disponibilidad de una infraestructura acorde para su recolección; la existencia de una industria que lo pueda tratar; y un mercado para la comercialización del material resultante. Todo esto está ligado a un concepto que se conoce como reciclabilidad: la capacidad de un material para cumplir con la cadena de reciclado de la mejor manera.
Nuestro rol como vecinos de la ciudad estaría en el primer punto, el de la correcta separación de los residuos en origen. Pero, ¿qué pasa con los otros pasos necesarios para el reciclado de los materiales? En este proceso, existen muchos otros factores interviniendo, y van desde el diseño del producto hasta el mercado que comercializa el material reciclado resultante.
El análisis de la reciclabilidad se complejiza aún más con los envases de los productos que consumimos, dado que muchos están compuestos por más de un material. En estos casos, cuanto más material reciclable tenga un envase, se dice que mayor es su reciclabilidad.
En este sentido, desde el Observatorio de Higiene Urbana se está analizando la reciclabilidad de algunos envases de productos de consumo masivo, para entender la generación de residuos en CABA y la factibilidad de reciclar los materiales. Los productos a analizar fueron seleccionados en función a una Canasta Básica Alimentaria.
La primera instancia del trabajo consistió en evaluar los materiales que componen estos envases, para saber cuáles son los que predominan y su posibilidad de ser reciclados. Para eso, se analizaron las distintas partes que los componen: envase principal, sistema de cierre, etiqueta y otros, identificando cada material.
Luego se pesó cada parte de los envases para determinar la proporción de materiales que componen los productos de consumo masivo. Como resultado de esta etapa, se identificó que el vidrio (33,2%) es el material predominante, seguido por 3 tipos de plásticos: el PET (18,6%), PEAD (13,8%) y PEBD (11,3%).
Gráfico 1: materiales de los envases de la Canasta Básica Alimentaria en porcentaje
Además, pudo establecerse que el aporte de materiales post consumo de una Canasta Básica Alimentaria es de 1,1 kg por persona mensual. Lo que ocurra con estos materiales luego de que sean usados, dependerá de su reciclabilidad: si el vecino lo separa para reciclar, si es un material que se trate actualmente, y si hay un mercado para el material resultante. Justamente esto es lo que se buscará analizar en una segunda etapa del trabajo.
Sumado a la importancia de conocer la reciclabilidad de los materiales, sabemos que una parte fundamental para fomentar su tratamiento es la legislación. En este sentido, desde la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) se presentó recientemente la Ley de Envases con Inclusión Social, que entre otras cosas busca que los fabricantes sean responsables de los envases emitidos al mercado, especialmente de su recuperación, reciclaje y disposición final. Además, que los recuperadores sean reconocidos en su rol en la cadena del reciclado de los materiales.
En resumen, para garantizar el reciclado de los materiales, es importante tener en cuenta desde el diseño de los envases hasta la separación en origen y la existencia de una industria para su tratamiento. Conocer la capacidad de los envases de ser reciclados es importante para mejorar su gestión post consumo y pensar el diseño en función de la posibilidad de reciclado de los materiales. Además, nos permitirá aumentar la recuperación de materiales y la reinserción en la industria, disminuyendo así nuestro impacto dado por el consumo de envases.
Como vecinos y vecinas, conocer la reciclabilidad de los materiales nos ayuda a ser consumidores conscientes: poder elegir lo que consumimos en función de qué tan reciclable es el envase que lo contiene, podrá tener un efecto directo en la calidad y cantidad de material que es recuperado. ¿Podremos reducir la cantidad de material recuperable en contenedores negros? Confiamos en que estamos transitando el camino que nos lleva en esa dirección.